La boda en A Coruña de Daniel y Ramón

El 2 de octubre de 2021, Daniel y Ramón se dieron el sí quiero y celebraron su amor con toda su gente en Trasanquelos, A Coruña, en la casa familiar de Ramón, en una boda inspirada en una romería tradicional gallega, con toques verdes y neutros, repletos de naturaleza y de productos locales.

Todas las fotografías son de Graciela Vilagudín, fotógrafa de bodas de Galicia.

Fotografía: Graciela Vilagudín.

Daniel y Ramón se conocieron en una aplicación (sí, amigas, es posible). Daniel es fotógrafo de bodas (de hecho, lo podéis encontrar entre nuestros proveedores destacados aquí) y Ramón es nutricionista y coach de salud. Tras un viaje juntos a Perú decidieron empezar a vivir juntos, el 1 de marzo de 2020, dos semanas antes del confinamiento.

Fotografía: Graciela Vilagudín.

SÍ QUIERO

En pleno encierro, el 15 de mayo celebraron el cumpleaños de Daniel en casa (tampoco se podía ir a otro sitio, claro), y Ramón le preparó una comida especial. Mientras sonaba una canción, Ramón se arrodilló y le hizo la pregunta a Daniel, que se puso a llorar de emoción y por supuesto dijo que sí.

NI LA LLUVIA QUISO PERDÉRSELO

El cielo de Galicia quiso hacer de las suyas y el 2 de octubre fue el único día que llovió en todo el mes, así que el plan inicial de celebrar la ceremonia en el lago de la finca y continuar la celebración en la zona de la piscina se complicó un poco. Media hora antes de que empezase la ceremonia, mientras los novios se estaban vistiendo y haciéndose fotos junto a la fotógrafa, Graciela Vilagudín, empezó a llover y entre amigos y familiares de la pareja se ocuparon de decorar un espacio que estaba cubierto. Daniel y Ramón nos cuentan que ese fue el único momento «malo» de aquel día, sobre todo porque ellos no podían ayudar en ese momento. Pero, oye, quedó espectacular.

La entrada a la ceremonia fue uno de los momentos más emocionantes para ellos. Ver cómo estaba decorado todo, el cariño que había puesto su gente para que todo estuviese perfecto, ver a todo el mundo allí… Ellos dicen que el cariño y la ilusión se reflejaban en cada uno de los invitados.

Para la decoración, el día anterior recogieron helechos, ramas y hiedras que había por finca y encargaron a su floristería del barrio, El nombre de la rosa, varios tipos de flor para luego hacer ellos mismos diferentes jarrones y añadir un poco de color. Pradovello se encargó de los ramos que entregaron a las madres y sus amigas. No tuvieron Wedding Planner como tal, ya que se encargaron ellos mismos de la mayoría de cosas, pero contaron con la ayuda de Iria Casteleiro para el alquiler de parte de su mobiliario y decoración.

Fotografía: Graciela Vilagudín.

Al terminar la ceremonia, las hojas de laurel fueron las protagonistas y eran un homenaje al padre de Ramón, ya que le gustaba mucho el laurel, y de alguna manera quisieron tenerlo presente y sentir que estaba allí con ellos. Muy emocionante.

SUS LOOKS

Los novios querían que todos los proveedores —o la mayoría de ellos— fueran proveedores locales, de Galicia, y fue la diseñadora y amiga de la pareja Sara Lage quien diseñó las chaquetas y las camisas de los novios en tejidos rústicos, en algodón y seda. Ramón y Daniel tuvieron claro desde el minuto uno que no irían en traje, porque simplemente no va con su estilo y querían ser ellos mismos y estar cómodos el día de su boda (vaya, lo más lógico del mundo). Los pantalones son de Mónica Cordera, una de las marcas favoritas de la pareja. ¿Podían estar MÁS GUAPOS? No lo creo.

Las alpargatas de piel de Daniel son de la marca artesanal Hereu y las alpargatas de Ramón, en lino, son de la marca Neutrale.

Como ese «algo prestado», Daniel llevó una pulsera de una de sus amigas que no pudo asistir a la boda y Ramón un colgante que le prestó una de sus amigas. Sus dos perros también estuvieron con ellos, por lo que ellos también tenían sus accesorios que Sara Lage diseñó.

«Queríamos que fuese como una romería gallega»

Para la celebración y el momento de comer, la pareja tenía claro que quería algo local así que, en vez de llevar un catering como tal, decidieron contratar empresas de A Coruña que tuvieran buena comida local, gallega, y que a ellos les gustase. Como Ramón se dedica a este mundo, acertó de pleno con un menú que encajaba totalmente con el estilo natural y orgánico de la boda.

Fotografía: Graciela Vilagudín.

Eventos Alborada estuvo presente con su estación de mariscos; Despensa 77, amiga de la pareja, con su mesa healthy; Xurxo Cazón cortó el jamón; tuvieron también empanadas de su sitio favorito de A Coruña, Jamonería el Pinar; pan de centeno y pan de
espelta de Merchi, su panadera del barrio; mesa dulce (sin gluten) y pan sin gluten de su amiga Marta de Amaranto Concept; callos a cargo de un primo de Ramón; pulpo a feira, que no puede faltar en Galicia; una buena mesa de quesos a cargo de Henri Wines; y, por último, como regalo de un tío de Ramón, a partir de la tarde llegaron unas señoras para hacer minitortillas al momento, que según ellos «fue la sensación y la alegría después de tanto baile».

Mas Music Movil fue el DJ que amenizó todo el día de la boda y Fumayama fue el grupo que tocó en directo, un regalo sorpresa de la hermana de Ramón. Por cierto, la pareja entró al banquete con la canción de Queen I want to break free. «Fue un momentazo, sintiendo todo el amor y la alegría que desprendíamos tanto nosotros como nuestras invitadas e invitados». El baile oficial lo hicieron con la canción de Alex Cameron & Angel Olsen Stranger Kiss, una de sus canciones desde el comienzo de la relación.

Y, hasta aquí la boda de Daniel y Ramón. No podemos estar más agradecidas a Daniel por haber querido compartir esta maravilla con nosotras y por habernos permitido compartirlo en nuestra blog. Esperamos que os inspire y que os haga soñar con vuestro día. Si estáis pensando organizar vuestra boda en Galicia y sois una pareja LGBT, ya tenéis una idea más por aquí. ¡Ah! Y un fotógrafo increíble, el propio Daniel, uno de los protagonistas de esta historia y un profesional de las bodas de los pies a la cabeza.

RECUERDA: TU BODA ES TUYA 🙂

Fotografía: Graciela Vilagudín.